lunes, 19 de febrero de 2007

No soy un vaquero.


Tengo que memorizar este aforismo: ‘en el juego de las relaciones, siempre gana el que se involucra menos’. Mis amigos lo repiten todo el tiempo y quizá por eso les va como les va: los que tienen novia, la pasan genial; y los que no, pues simplemente no se mortifican. La mayoría de ellos adolece de ese sentimentalismo calzonudo que a otros nos ha tocado padecer. Ellos actúan como caballos y, para mi asombro, las chicas quedan maravilladas con sus desplantes, sus arrogancias, su impertérrita frialdad. Conmigo –que por corazón tengo un filete de milanesa– pasa, desde luego, lo contrario: me cuesta utilizar la estrategia adecuada e interpretar al indiferente, al pragmático, al vaquero impasible que escupe al suelo y se lleva a la muchacha del pueblo sobre el hombro. No puedo ser tan Clint Eastwood de la noche a la mañana cuando me he pasado toda la vida siendo más paparulo que John Cusack. No puedo ser el rudo y tatuado Tommy Lee cuando tengo la cara bovina del vocalista de los Hombres G cuando canta ‘Devuélveme a mi chica’. Es un lío jodido tener hipersensibilidad y haber hecho del enamoramiento, no una graciosa manía, ni siquiera un tic inoportuno, sino un hipo molesto. Es como tener parkinson en el corazón o, peor, es como tener un corazón epiléptico que no le hace caso al cerebro y que muere y resucita constantemente. ‘En el juego de las relaciones, siempre gana el que se involucra menos’. He fracasado en el intento de hacer mía esa ley. Creo que necesito otro aforismo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

"en el juego de las relaciones, siempre gana el que se involucra menos"

¿Y qué gana?

Anónimo dijo...

eso es falso... falsísimo mi querido benjamín. el que se involucra menos verá su dignidad intacta, tal vez, pero queda como un cobarde, y en el fondo, el que se involucra menos lo sabe. Esa es mi teoría.

Tengo la sospecha, de que si someto a prueba con detector de mentiras a esos que se involucran menos, los descubrimientos podrían ser sorpendentes.

Yo me quedo con otra frase, más criollona-Ferrando-populachera-Y-cliché:
el que no arriesga no gana.

Así que apuesta nomás tío, que al final de cuentas la vida en cursi se vive mejor.

Eduardo Eneque dijo...

"El que no arriega no gana, me gusta mas", usa ese aforismo.

O el de "sin dolor no te haces feliz", es parte de una canción, creo.

Anónimo dijo...

Sería incomdísimo que alguien me llevase en su hombro , además que tendria que ser un cuasibodoque para poder soportar mi peso , carga emocional incuida ..Encantada le llevaría un ramo de flores a John Cusack . Debería haber una asociación protectora para corazones epilépticos.

CARBON dijo...

En realidad, existe una tendencia ... que por un tiempo he pretendido corroborar, de que las chicas tienden a encantarse por los niñitos malos .. a los que casi le calza tu descripción... sin embargo, es irremediable acercarc al cuchillo, para comprobar si este corta o no. Ojala y no siempre corte, por ahí y te encuentras con alguien que vive en casa del herrero

pasaba por aqui .. solo observando

Anónimo dijo...

Si no fuera porque firmas tu blog como Benjamin juraría que eres Renato Cisneros. Por si acaso, es un cumplido, en cierto modo =P